Me enredo en las olas tormentosas de tu alegría, la triste compañía de mis actos hacen que el camino sea mas difícil de recorrer, pero aun así me desvelo ante tu sonrisa nostálgica, tu mirada brillando de deseo nocturno, de la miel de los pecados que satisfacen tus ansias.
Me esclavizo en las cadenas del mar, me sumerjo hondo y profundo...
Ante ti no soy nada, princesa de fuego que congela mi corazón, que lo destroza a su antojo, que me hace entender que no soy nada cuando de amor se trata.
Mis dogmas, nunca los he tenido, pero llegaste tu y me hiciste crear una religión que solo me hace adorarte a ti.
Eres mi Diosa. Solo vivo para estar junto a ti, y para creer en ti.
Eres mi tiniebla, la oscuridad que ilumina mi inconsciente.
Mujer nací para no tenerte...pero aun así me basta con quererte.
Agonizan mis sentidos,
el quiebre de la lata que empujaba por la calle sin que me importaran los vehículos que iban a mil por hora.
Sujetaba tu mano con fuerza, y me guiaba por la fuerza de tu energía.
Encendía mis pesadillas, eran mas bellas que la realidad triste en la que no estas aquí.
¿Quieres un poco?
Ahora no me interesa ese desierto, la sed de fuego se mete en mis venas y aguarda por ser apagado.
Estoy en el muro, te abrazo. Miras lejos,¿piensas...en mi?
Empiezo a temblar, hace mucho frió.
Viene de ti.
Tu temperatura baja y mi aprecio por ti también.
Las calles que caminamos, agarras mi mano.
Espera.
Entendí mal.
Te quiero.
No importa...aparece la neblina...llueve.
Vuelvo a experimentar y sigo la senda de colores para poder alejarme de ti.
Lo dijiste, No eres Multicolor.
Me ando levantando ahora. Cuando decidí lanzarme no me di cuenta de lo rápido que fue todo y de que aparte las heridas eran mucho mas dolorosas, no pude preverlo.
Me he vuelto irreconocible.
